lunes, 20 de abril de 2020

¿Educación en cuarentena?

Por Daniel Richar
Imagen ilustrativa Amit Dave / Reuters

Ha pasado un mes desde que publique el artículo "Algunas reflexiones sobre educación y tecnologías en tiempos de corona virus" parece haber pasado una eternidad, en este tiempo mucho se ha publicado sobre las diferentes implicancias y las consecuencias que la pandemia y las medidas de aislamiento traen aparejadas. En el plano educativo asistimos a la movilización de fuerzas y recursos creativos que anidan en la docencia de todos los niveles. Al respecto Adriana Puiggrós expresaba "..la educación tiene la enorme oportunidad de superar antiguos obstáculos, que abarcan desde la sumisión al conservadurismo hasta la genuflexión ante la tecnología. Frente a la pandemia podría haberse producido una retracción de la comunidad educativa, pero ocurrió lo contrario como si la adversidad hubiera liberado energías, proyectos que no encontraban cauce, encontrando soluciones a problemas pedagógicos eternos"

En el caso argentino lo mejor de la tradición educativa de nuestro país emergió en cada solución encontrada para resolver los problemas de la mediación técnica necesaria para sostener la propuesta educativa a pesar de las nefastas condiciones de la situación en que vivimos. Desde las más simples soluciones como enviar una foto o un pdf por alguna red social hasta plataformas virtuales o el uso de aplicaciones de vídeo conferencia entre otras. Tecnologías sin dudas conocidas, pero hasta hace días impensadas para ser utilizadas en el desarrollo de clases en nuestro sistema educativo. 

La pandemia parece haber dado condición de posibilidad a lo que hasta hace unos días tenía decretada la imposibilidad cultural. 

Diez años han pasado del lanzamiento del programa Conectar Igualdad que significó una fuerte apuesta a la integración pedagógica de las TIC, a pesar del enorme esfuerzo que implicó no sólo la provisión de equipamiento sino también la producción de contenidos educativos y la formación docente, su desmantelamiento durante el gobierno anterior y la implementación  de un plan alternativo, el PLANIED primero y Aprender Conectados posteriormente no fueron suficientes para provocar los cambios que hoy observamos en cada rincón del país. 

Este episodio de nuestra historia debería poder dejarnos como aprendizaje que es necesario la construcción de ciertos acuerdos que impliquen consolidar aquellas políticas públicas que representen las bases para la construcción de una sociedad mejor. Esta claro que las políticas de reducción del Estado demostraron que el mercado no se ha ocupado, ni lo hará, de las cuestiones que tienen que ver con los derechos de la mayorías. En este sentido, mirar la experiencia del Plan Ceibal en Uruguay puede ser un camino que muestre que es posible avanzar en políticas públicas de integración de las TIC en educación al margen de las disputas partidarias y garantizar su defensa a partir de un amplio consenso social sobre las mismas.

Del salir del apuro a pensar otra forma de lo escolar
Pasan los días y el aislamiento social obligatorio que en un comienzo supuso un pronto regreso a las aulas hoy nos muestra que ese encuentro cara a cara se verá postergado por un tiempo prolongando. Las acciones que en un principio se pensaron como provisorias, pasaron a una interpelación sobre el modo que asumirá la continuidad del proceso educativo en el largo plazo, en un contexto social y económico de mayores dificultades que sin dudas afecta aún más las complejas condiciones familiares y las subjetividades de quienes enseñan y quienes aprenden. 

¿Debemos abandonar la escuela como proponen algunos? ¿dejarnos en manos de lo que enseñan día a día los medios de comunicación y las redes sociales? ¿nos disponemos a dar el paso que nos falta para lograr la angustia colectiva? ¿o será la oportunidad para que repensemos el lugar de la escuela y nuestro lugar como trabajadores de la educación?.  

Es la oportunidad de recuperar aquellas razones por la que elegimos ser docentes, sin dudas en la mayoría de los casos esa decisión estuvo ligada a experiencias enriquecedoras en nuestra condición de alumnos o a las huellas de algún docente que nos marcó con su ejemplo. Será el momento de recuperar escenas memorables de nuestra tarea docente, aquellas clases o temas enseñados en los que sentimos la enorme satisfacción por que hubo aprendizajes relevantes construidos por nuestros estudiantes.

Será el momento de asumir que nuestro lugar en este momento crítico de la humanidad nos encuentre haciendo lo que sabemos hacer enseñar con el propósito que otro aprenda, sin abstraer del contexto pero sin abandonar el lugar de la docencia y la escuela. Será el momento de sacar nuestras mejores estrategias, de inventar nuevas formas para volver significativo el contenido escolar y provocar el interés por aprender.

Este mes que pasó demuestra que es posible.



2 comentarios:

  1. Un desafío, en tiempos difíceles.

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  2. Totalmente un desafió, yo pienso que es una buena opción tomar estos curso fp a distancia, con la situación actual que vivimos, me parecen lo mas ideal en cuanto a la formación profesional.

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